Vitamina D contra el COVID

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Este mes de Octubre se ha publicado un estudio español titulado “Effect of calcifediol treatment and best available therapy versus best available therapy on intensive care unit admission and mortality among patients hospitalized for COVID-19: A pilot randomized clinical study”, publicado en la Science Direct y llevado a cabo en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, sobre como afectaría una súper suplementación de vitamina D en pacientes con COVID-19, y el resultado ha sido bastante exitoso.

Estudios observacionales previos

Antes de este estudio, hubo 2 estudios que evidenciaron que una tasa de 25 (OH) D por debajo de 30 ng/mL repercutía negativamente en el tratamiento del COVID-19 empeorandolo:

1- En un estudio de observación realizado en Abril por un equipo de doctores en medicina de la facultad de medicina de la Universidad Pelita Harapan en Indonesia encontró que sólo el 4% de los pacientes con niveles de vitamina D por encima de 30 ng/mL fallecieron, mientras que el 99% con niveles de vitamina D inferiores a 20 ng/ml, fallecieron y el 88% con niveles entre 20-30 ng/mL.

2- Un estudio de observación realizado en Abril por el Dr. Mark Alipio en Filipinas encontró que el 96% de los casos graves y críticos ocurrieron con 25 (OH) D por debajo de 30 ng / mL y 97,5% de los casos leves tenían por encima de 30 ng/mL.

El ensayo clínico

Es un estudio realizado en los primeros meses de la pandemia, realizado con los 76 pacientes con neumonía ingresados por COVID-19 en el  Hospital Reina Sofía de Córdoba. Se dividió a los pacientes en 2 grupos: un grupo de 50 a los que se les asignaría la suplementación con vitamina D y un grupo de control sin suplementación con vitamina D, a ambos grupos se les trató con hidroxicloroquina y azitromicina (protocolo estándar inicial)
Los suplementos de vitamina D que se toman habitualmente son en forma de colecalciferol o vitamina D3 (metabolito que sintetizamos en la piel a través de la exposición al sol cuando está alto en el horizonte ), sin embargo en el estudio se tomó calcifediol oral, también conocido como calcidiol, 25 (OH) D o 25-hidroxivitamina D.
El 25 (OH) D (5 veces es el resultado de la primera hidroxilación, en el hígado, que tiene el colecalciferol y es el metabolito circulante que medimos en la sangre cuando nos hacemos un análisis, tomarlo de esta forma hizo que el efecto de la vitamina D fuera más rápido que si se toma tomamos la clásica vitamina D ya que es 5 veces más potente (1 mcg de vitamina D tiene 40 UI, 1 mcg de 25 (OH) D es 200 UI)
En el tratamiento se dividió así:
– 1º día de ingreso: 532 mcg de 25-OH-D (equivale a 106.400 UI de vitamina D)
– 3º y 7º día del ingreso: 266 mcg (equivale a 53.200 UI de vitamina D)
– luego una vez a la semana: 266 mcg (equivale a 53.200 UI de vitamina D)

Los resultados del estudio

Ingresos en la UCI:
– Del grupo a los que se les suplementó la vitamina D solo 1 de los 50 pacientes ingresó en la UCI, es decir, al 2%.
– Del grupo de control se ingresaron en al UCI a 13 de los 26 pacientes, es decir, al 50%.
Muertes:
– En el grupo a los que se les suplementó la vitamina D no hubo fallecimientos.
– En el grupo de control hubo 2 fallecimientos.

Conclusiones

Como se puede observar, aún siendo más grande el grupo con suplementación de vitamina D tuvo muchos menos ingreso (25 veces menos), con lo que se ve que solo con suplementar con vitamina D bajaba un 98% la posibilidad de ingresar en la UCI.
En cuanto a los fallecimientos fueron nulos en el grupo con vitamina D, y solo 2 en el grupo de control, sacar conclusiones en este ámbito es un tanto halagüeño pero parece que suplementar con vitamina D habría evitado los fallecimientos, si bien hacen falta más estudios con más pacientes para corroborar estos resultados.

Metaanálisis sobre la vitamina D y el COVID-19

De hecho esta recopilación de estudios de Julio realizado por Nurshad Ali titulada «Role of vitamin D in preventing of COVID-19 infection, progression and severity» en la que se incluyen los dos estudios observacionales comentados arriba, trata sobre el brote de COVID-19 que ha creado una crisis de salud pública mundial, intentando revisar las posibles funciones de la vitamina D en la reducción del riesgo de COVID-19 y otras infecciones y la gravedad del tracto respiratorio agudo.

El estudio determinó la correlación de los niveles de vitamina D con los casos y muertes de COVID-19 en 20 países europeos al 20 de mayo de 2020. Una correlación negativa significativa (p = 0,033) entre los niveles medios de vitamina D y los casos de COVID-19 por millón de habitantes en los países europeos. Sin embargo, la correlación de la vitamina D con las muertes por COVID-19 en estos países no fue significativa. Algunos estudios retrospectivos demostraron una correlación entre el estado de vitamina D y la gravedad y mortalidad de COVID-19, mientras que otros estudios no encontraron la correlación cuando se ajustaron las variables de confusión.

Llegan a la conclusión que la suplementación con vitamina D tiene efectos protectores contra las infecciones del tracto respiratorio; por lo tanto, las personas que tienen un mayor riesgo de deficiencia de vitamina D durante esta pandemia global deben considerar tomar suplementos de vitamina D para mantener la 25 (OH) D circulante en los niveles óptimos (75-125 nmol/L).

Situación actual en España

En la actualidad, niveles insuficientes o incluso franca deficiencia de vitamina D determinada como 25-hidroxivitamina D constituye una «epidemia» en todo el mundo que afecta a más de la mitad de la población [1,2], descrita en niños, jóvenes, adultos, mujeres postmenopáusicas y ancianos; sobre todo si tienen fracturas osteoporóticas, donde la prevalencia de niveles bajos de 25-hidroxivitamina D llega al 100% [2].

En una excelente reciente revisión de los trabajos disponibles en todo el mundo se encontró que el 88% de las muestras evaluadas tenía niveles séricos de 25-hidroxivitamina D por debajo de 30 ng/ml; el 37% tienen valores medios por debajo de 20 ng/ml y hasta un 7% tienen valores medios inferiores a 10 ng/ml [3].

En España los datos disponibles confirman que existe una insuficiencia y aún franca deficiencia en la población española en todas las edades estudiadas y en ambos sexos, similar a la existente en todo el mundo incluyendo regiones muy soleadas [4,5] y a la existente en otros países de la cuenca del Mediterráneo [5] con similares posibilidades de exposición al sol.

La prevalencia de deficiencia es aún mayor en pacientes con factores de riesgo para presentar niveles séricos bajos de vitamina D, obesos y en ámbitos de pobreza [7].

Pese a una teórica facilidad climatológica para la síntesis de vitamina D los niveles son semejantes, o incluso inferiores, a los descritos para Europa central. Esta aparente «paradoja» que España comparte con otros países de la cuenca del Mediterráneo [4,5] se ha tratado de explicar, de modo especulativo, por el escaso aporte dietético de vitamina D que no puede ser compensado por la síntesis cutánea. La mayor parte de España está por encima del paralelo 35ºN, donde la posibilidad de sintetizar vitamina D es escasa en invierno y primavera, y porque la mayoría de los españoles tienen una piel más oscura que dificulta la síntesis de vitamina D [4].

La insuficiencia de vitamina D en España se encuentra ya en niños y persiste en adultos, en mujeres postmenopáusicas (osteoporóticas o no) y en ancianos que viven en sus casas, y que en éstos es mayor si viven en residencias, con una variación estacional que apenas llega a normalizarse después del verano-otoño [4,7].

Aunque esta elevada prevalencia de niveles bajos de vitamina D ocurre por una inadecuada exposición al sol, en ancianos españoles se han descrito niveles más bajos en los meses de verano, debido a las elevadas temperaturas que ocurren en ciudades del sur de España durante esta época, donde frecuentemente se sitúan por encima de 35ºC, y por tanto las personas ancianas evitan estar al sol y prefieren estar en el interior de las casas donde la temperatura es más confortable.

Además, los ancianos están muy advertidos del riesgo de cáncer de piel por la exposición directa al sol, pero en otoño o durante los meses de invierno se benefician de una temperatura más favorable (20-25ºC) que les permite tomar el sol con ropas ligeras y, por tanto, sintetizar vitamina D [7,8,9]. La elevada prevalencia de insuficiencia en vitamina D se da independientemente de la zona geográfica y del punto de corte establecido por los distintos autores, en mujeres postmenopáusicas españolas y en ancianos españoles .

Estos resultados han sido confirmados en su conjunto por un estudio transversal llevado a cabo en unidades de estudio y tratamiento de osteoporosis de toda España al final de la primavera. La 25-hidroxivitamina D se cuantificó tras separación por HPLC [10], y en el cual se evidencia que más de las tres cuartas partes (76%) de mujeres osteoporóticas postmenopáusicas que aún no han comenzado el tratamiento presentan niveles de 25-hidroxivitamina D por debajo de 30 ng/ml, y un 44% por debajo de 40 ng/ml.

Por tanto, la deficiencia de vitamina D en España no es un mito (persona o cosa a las que se atribuyen cualidades o excelencias que no tienen, o bien una realidad de la que carecen), sino una realidad, de importante repercusión sobre la salud ósea y probablemente sobre la salud del organismo en su conjunto.

Conclusión del análisis

Aunque España es un país en el que en verano podríamos tomar el sol para sintetizar una cantidad generosa de vitamina D no es así, y como muestran las estadísticas nuestra población, sobre todo los ancianos, tienen una gran deficiencia. Tienen tanto miedo a sufrir un cáncer de piel que ya no salen a tomar el sol nunca, y en verano mucho menos.

Se hace imprescindible entonces tomar una suplementación de vitamina D, no solo por esa deficiencia sino porque algunos estudios han demostrado que disminuye los ingresos en UCI en caso de infectarse por COVID-19, y deja prácticamente nula (a falta de más estudios) la mortalidad.

Es aconsejable mantener una ingesta adecuada de vitamina D para alcanzar el nivel deseable de 25(OH)-D en suero de 40 a 60 ng/ml (100 a 150 nmol L) para minimizar el riesgo y la gravedad de la infección por COVID-19. En caso de tomar formato capsulas con una dosis de 2500UI diaria sería más que suficiente, aunque en ancianos (producen 7 veces menos vitamina D con el sol que una persona joven) y personas obesas (su grasa secuestra gran parte de esta vitamina liposoluble y porque son más propensos a la tormenta de citoquinas en caso de tener la COVID-19.)

Fuentes bibliográficas

(1) The nonskeletal effects of vitamin D: an Endocrine Society scientific statement. Rosen CJ, Adams JS, Bikle DD, Black DM, Demay MB, Manson JE, et al.  Endocr Rev 2012;33:456-92.

(2) High prevalence of vitamin D inadequacy and implications for health. Holick MF. Mayo Clin Proc 2006,81:353-73.

(3) A systematic review of vitamin D status in populations worldwide Hilger J, Friedel A, Herr R, Rausch T, Roos F, Wahl DA, et al.. Br J Nutr 2013 Aug 9:1-23.

(4) Worldwide vitamin D status. Van Schoor NM, Lips P. Worldwide vitamin D status. Best Pract Res Clin Endocrinol Metab 2011;25:671-80.

(5) Vitamin D deficiency and consequences for the health of people in Mediterranean countries Quesada Gómez JM, Díaz Curiel M.  En: Holick, Michael F ed. Vitamin D. Physiology, Molecular Biology, and Clinical Applications. 2nd ed. Nutrition and Health; 2010.p.453-68.

(6) Vitamin D status of elderly people in Spain. Quesada JM, Jans I, Benito P, Jiménez JA, Bouillon P. Age Ageing 1989;18:392-7.         [ Links ]

(7) Osteoporosis and metabolic syndrome according to socio-economic status, contribution of PTH, vitamin D and body weight: The Canarian Osteoporosis Poverty Study (COPS). Navarro M del C, Saavedra P, Jódar E, Gómez de Tejada MJ, Mirallave A, Sosa M.  Clin Endocrinol (Oxf) 2013;78:681-6.

(8) Influence of vitamin D on parathyroid function in the elderly Quesada JM, Coopmans W, Ruiz P, Aljama P, Jans I, Bouillon R. J Clin Endocrinol Metab 1992,75:494-501.

(9) Seemingly paradoxical seasonal influences on vitamin D status in nursing-home elderly people from a Mediterranean area. Pérez-Llamas F, López-Contreras MJ, Blanco MJ, López-Azorín F, Zamora S, Moreiras O.  Nutrition 2008;24:414-20.

(10) Low calcium intake and inadequate vitamin D status in postmenopausal osteoporotic women. Quesada-Gómez JM, Díaz-Curiel M, Sosa-Henríquez M, Malouf-Sierra J, Nogués-Solán X, Gómez-Alonso C, et al.  J Steroid Biochem Mol Biol 2013;136:175-7.         [ Links ]

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